Redacción deportes, 25 may (EFE).- El triple campeón del mundo neerlandés Max Verstappen (Red Bull), líder del Mundial de Fórmula Uno, que arrancará sexto este domingo en el Gran Premio de Mónaco, el octavo del año, declaró en el circuito de las calles del principado de la Costa Azul que allí "pueden pasar cosas inesperadas", que "nunca hay que decir nunca" y que "no" esperan "milagros".
"No ha sido un buen fin de semana para el equipo, en líneas generales. Hemos intentado hacer muchos cambios durante los pasados días y nada sirvió para optimizar el rendimiento del coche. En general va bien en las rectas, pero no ha ido así ni en las curvas, ni sobre los baches. Así que no ha sido un coche fácil de pilotar, en este tipo de pista", comentó Verstappen, de 26 años, que logró dos de sus 59 victorias en la F1 en Mónaco -el año pasado y hace tres-.
"No es algo nuevo. Intentamos arreglar estos problemas, pero aún así me sentí varias veces rozando la posibilidad de acabar contra el muro", comentó 'Mad Max'.
"Aunque me sentí a gusto apretando al límite, ha sido un reto tremendo ser consistente; y hoy simplemente no tuvimos el coche más rápido", añadió el ídolo deportivo de los Países Bajos.
"Con miras al domingo, trabajaremos duro con el fin de encontrar la solución al problema. En Mònaco pueden suceder cosas inesperadas, así que nunca digas nunca. Pero no esperamos milagros", manifestó Verstappen después de acabar sexto la calificación para el Gran Premio de Mónaco.