Fueron horas complicadas, tensas, desafiantes. Pero Boca dio la cara. Con 18 bajas por diferentes situaciones, incluidas cuatro por una grave falla administrativa (no envió a tiempo a Conmebol el pedido de inscripción de los refuerzos), se sostuvo empatando sin goles en Ecuador frente a Independiente del Valle, en la ida de un dieciseisavo de final por la Copa Sudamericana.
Ante la falta de alternativas, el entrenador Diego Martínez apostó por muchos juveniles. Cuatro fueron titulares: Lautaro Di Lollo, Mauricio Benítez, Julián Ceballos y Jabes Saralegui. Y luego ingresaron Mateo Mendía y Santiago Dalmasso. Todos cumplieron. Sergio Romero elogió sus actuaciones: “Veníamos atravesando algunas situaciones y dimos la cara. Los chicos dejaron de ser chicos e hicieron un gran partido”, comentó el arquero. Y agregó: “Interpretaron el juego. Sabían que no iba a ser fácil. Les dijimos que aprovecharan la oportunidad y lo disfrutaran. Y lo hicieron”.
En el campo de juego se vio un Independiente del Valle timorato y muy errático en el área ajena, pero Chiquito destacó: “Sabíamos que iba a ser difícil la altura. Ellos son un buen equipo, juegan bien al fútbol, están trabajados”. Pero las veces en las que Romero se revolcó para impedir la caída de su valla fueron ante remates desde fuera del área, que tuvieron mala puntería o, en su mayoría, fueron al medio del arco.
Sin adentrarse en el tema más llamativo de estos días, Romero se refirió al hecho de no haber contado con los nuevos compañeros que llegaron al club, a raíz de una falla administrativa. “Fue raro lo de los refuerzos, pero lo asimilamos rápidamente. Nos dimos cuenta de que no se podía hacer nada y dimos la cara. Gracias a Dios, nos vamos contentos”, se limitó a expresar.
En relación con eso mismo, Marcos Rojo apuntó: “Nosotros teníamos la cabeza puesta sólo en el partido. Tenemos un gran grupo, un gran plantel. Estábamos convencidos de que íbamos a estar a la altura con los chicos del club que se entrenan día a día para mostrar lo que saben. Hicimos un gran esfuerzo”.
Más tarde, Diego Martínez se refirió a esa cuestión. “Todos somos parte. Ante situaciones en la vida donde surgen problemas, hay dos opciones: quedarse lamentándose y buscando culpables –y no lo hacemos porque todos somos Boca–, y afrontarlas y mirar adelante. Tener este tipo de líderes, como Luis [Advíncula], como Marcos Rojo, como Sergio Romero, que motivan a toda hora. Tener este tipo de jugadores es lo mejor que a uno puede pasarle como entrenador”, valoró.