Berlín, 6 sep (EFE).- Alemania arranca una nueva era tras la decepción sufrida en la Eurocopa, en la que tratarán de retomar la senda del éxito y cuyo primer paso les depara un emparejamiento con Hungría, en la primera jornada de la fase de grupos de la Liga de Naciones en Dusseldorf (oeste del país).
Después de sucumbir ante España en los cuartos de final del torneo en el que los germanos ejercían de anfitriones, cuatro iconos de la historia del fútbol alemán pusieron punto y final a su trayectoria con la ‘Mannschaft’.
Los Manuel Neuer, Ilkay Gündogan, Toni Kroos y Thomas Müller ya no volverán a vestirse con los colores del conjunto nacional, lo cual anticipa un nuevo ciclo que deberá liderar una emergente generación, tutelada desde el banquillo por Julian Nagelsmann.
Sus primeras decisiones en esta primera convocatoria han sido otorgarle la capitanía de la selección al que debe ser su prolongación en el campo, el lateral del Bayern Múnich Joshua Kimmich, y la portería, al que se pasó más de una década a la sombra de Neuer: el meta del Barcelona Marc-André Ter Stegen.
"De niño, uno sueña con jugar con la selección nacional, pero ser capitán todavía no es algo realista. Nadie sueña con ser capitán. Eso es algo muy especial. También me alegro de que la gente que me rodea esté contenta y de que haya depositado su confianza en mí. Quiero devolverles mi confianza. No es algo que solo haga un capitán", apuntó el nuevo portador del brazalete.
En busca de la grandeza perdida
A pesar de las bajas por las retiradas, además de la del central del Real Madrid, Antonio Rüdiger, ausente en esta convocatoria por descanso, el conjunto dirigido por Nagelsmann sigue disponiendo de jugadores de primer orden internacional, como el central del Leverkusen Jonathan Tah, su compañero el media punta Florian Wirtz o el extremo del Bayern Múnich Jamal Musiala.
Según lo anticipado por el entrenador durante la semana, será el centrocampista del Borussia Dortmund Pascal Gross el que desempeñará la función de organizador en la medular en reemplazo de Kroos, aunque dicha atribución también podría recaer en los interiores Aleksandar Pavlović, del Bayern, o el debutante en la convocatoria Angelo Stiller, del Stuttgart.
Juntos aspiran a volver a conducir a la ‘Nationalelf’ a lucha por los grandes títulos, de los que tanto tiempo hace que se distanció. Precisamente este verano se cumplió el décimo aniversario de su última gran conquista, el Mundial de Brasil, alzado tras derrotar en la final a Argentina, y que dejó para el recuerdo uno de los partidos más impactantes en la historia del fútbol: el 7-1 propinado a la anfitriona en semifinales.
Desde aquel ya legendario 13 de julio de 2014, Alemania, que estrenará etapa sin ninguno de los protagonistas de aquella tarde en Maracaná, únicamente ha conseguido pasar de octavos de final en dos de los cinco torneos a los que ha acudido, en los que ha acumulado mayoritariamente sonados fracasos.
En esta nueva Liga de Naciones, a cuya fase final nunca han accedido, confían en comenzar a cambiar la dinámica. "Los resultados en este torneo se consideran poco importantes si no se logra el éxito. A los españoles ciertamente les vino genial ganar la Liga de Naciones", recordó Kimmich.
El Milagro de Berna de fondo
En frente tendrán a Hungría, otra selección que está en pleno relevo generacional tras el chasco que también se llevaron en la Eurocopa, en la que cayeron en primera ronda. Precisamente en ella ya se enfrentaron germanos y magiares, con un duelo saldado con una cómoda victoria para la ‘Mannschaft’ por 2-0 en Stuttgart.
Tras la decepción sufrida en el campeonato continental el pasado mes de junio, el seleccionador, el italiano Marco Rossi, ha introducido varias novedades en la convocatoria, principalmente en defensa, entre las que destacan el canterano del Girona Antal Yaakobishvili.
Por lo demás, continúan en liza los clásicos Péter Gulácsi, Willi Orbán o el tan criticado en Inglaterra y capitán húngaro Dominik Szoboszlai, cabezas visibles que siguen llevando el peso de un combinado que vive en la constante nostalgia de lo que un día fue y ya no es.
Alemanes y húngaros han medido sus fuerzas en 38 ocasiones, resueltas con 14 victorias germanas, 12 magiares y 11 empates, con un duelo por encima de cualquier otro que siempre planea de fondo cada vez se cruzan ambas selecciones: la final de la Copa del Mundo de 1954.
En la época en la que Hungría gozaba de su generación dorada, la que capitaneaban los Puskás, Czibor y Kocsis, el conjunto del este de Europa sufrió ante Alemania la mayor tragedia de su historia, que significó la primera estrella de campeón del Mundo de los germanos.
En aquel Milagro de Berna, nació hace 70 años la grandeza de Alemania. Ahora, los de Nagelsmann pretenden de nuevo que un duelo ante Hungría sea el punto de partida que les haga recuperarla.