Clichy-sous-Bois, 4 sep (EFE).- El valenciano Ricardo Ten dio una auténtica exhibición en el circuito urbano de Clichy-sous-Bois y se llevó el oro en la contrarreloj, clase C1 de discapacitados físicos, aventajando en 38 segundos al alemán Michael Teuber, que se colgó la plata.
Ten, de 49 años, salió el último de los diez participantes en la contrarreloj, de 14,1 kilómetros y dos rampas de 4.5 y 4.7%, con salida y llegada en Clichy-sous-Bois, municipio a quince kilómetros al este de París, con 30.000 habitantes.
El español salió muy bien del portón y, con una cadencia fluida y constante, ya marcó el mejor tiempo en el primer paso intermedio tras imponer una velocidad que le permitió incluso doblar a alguno de los rivales, como el alemán Pierre Senska.
Ricardo Ten paró el crono en 20:39.53, aventajando en 38.61 a Teuber y en 39.41 al polaco Zbigniew Maciejewski, bronce.
Con esta victoria en la contrarreloj, Ricardo Ten se resarce de lo que le ocurrió hace tres años en Tokio en la misma prueba, cuando un golpe de calor cuando iba tercero le privó de la medalla.
Ésta es la tercera medalla de Ricardo Ten en estos Juegos Paralímpicos de París tras la plata en velocidad por equipos y el bronce en persecución individual, presea que inauguró el medallero español.
Del agua a la bici
Ricardo Ten puso fin en 2016 a una exitosa carrera como nadador que le llevó a participar en cinco Juegos Paralímpicos (Atlanta'96, Sidney 2000, Pekín 2008, Londres 2012 y Río 2016) en los que ganó tres oros, una plata y tres bronces.
Tras dejar de lado el bañador probó el ciclismo y en los ocho años que lleva sobre la bicicleta no ha dejado de acumular metales de todos los colores en Mundiales y diversas competiciones internacionales, ganando también un bronce en velocidad por equipos en Tokio 2020.
La vida de Ricardo Ten, sustentada por una capacidad de superación inigualable, cambió a los ocho años. Fue con esa edad cuando sufrió un accidente cuando estaba jugando con su primo encima de una casa de campo. Había unos hierros cerca y por encima pasaba un tendido eléctrico, con tan mala suerte de que, mientras jugaba, una barra de hierro debió de rozar a Ricardo y se electrocutó. Llegó al hospital con el 75% de su cuerpo quemado, pasó por varias operaciones y sufrió la amputación de los dos brazos y una pierna.