Madrid, 10 oct (EFE).- Francis Hernández (Granada, 1997) fue coordinador de las categorías inferiores de la selección española durante seis años. Etapa en la que fue valedor de un Cristhian Mosquera al que, asegura, “Colombia le quería tener sí o sí en su selección absoluta”, pero este tuvo “paciencia” y “confió” en España hasta convertirse “en un jugador muy importante.
Francis cuenta en una entrevista EFE cómo fue dicho proceso de captación, al igual que el de un Lamine Yamal en el que también, una conversación con el jugador y su familia, fue clave para que defendieran la camiseta de la selección española.
Pregunta: ¿Cómo valora sus seis años en la RFEF?
Respuesta: Han sido seis años maravillosos, muy intensos y sacrificados en la Federación, Muchos días durmiendo fuera de casa, concentración tras concentración… Hemos tratado de crecer y eso conlleva más trabajo aún. Era consciente de que era un reto. Me he sentido muy bien, muy feliz. Hace seis años hicimos una análisis de cómo estaba estructuraba la Federación, qué demandas había… y a raíz de eso tratamos de crear un decálogo de trabajo. Lo hemos llevado a cabo prácticamente en su totalidad.
P: Después de estos éxitos y su salida de la RFEF, ¿Qué retos se marca?
R: Gracias al trabajo y la gran formación que tiene este país, y el nivel altísimo de jugadores, hemos conseguido llegar a esos resultados. Ahora estoy tratando de descansar, que lo necesito. A cargar las pilas y asumir cualquier reto que me venga. Me siento preparado, tengo ganas e ilusión y estoy dispuesto a afrontar lo que me pueda venir en el futuro.
P: Otra Federación, un club… ¿qué le apetece más para su próxima etapa?
R: Estoy abierto a todo lo que me pueda venir y que me permita extrapolar la gestión de estos seis años en la Federación. El hecho de haber trabajado en una Federación puede llevar a pensar que será más sencillo trabajar en otra gran Federación, pero gran parte de la gestión que desarrollé se puede aplicar a la perfección en un club con inquietudes y que quiera seguir creciendo y evolucionando. Estoy abierto a trabajar en una Federación o en un club de España o fuera de España.
P: Hay que hablar de Lamine Yamal. ¿Recuerda la primera vez que lo vieron?
R: Uno de los objetivos que nos marcamos hace seis años era adelantar el proceso. Es decir, tener un conocimiento del jugador en edades tempranas. Cuando antes, mejor. Para ayudarle en su formación integral. Y Lamine fue uno de ellos. Lo vimos siendo uno de los principales jugadores de ese adelanto del proceso, porque vino con nosotros siendo sub-14. Y esa progresión que tuvo en aquel momento ha continuado hasta el día de hoy, demostrando que este chico se ha comido las etapas a una velocidad descomunal.
P: ¿No os ha sorprendido?
R: Es cierto que en el fútbol español hay jugadores muy importantes, y Lamine es uno de ellos. Lamine ha demostrado que es diferencial. No por el nivel deportivo y la capacidad que tiene para ejecutar todo a la perfección, es diferencial a la hora de afrontar situaciones que para un niño serían difíciles de gestionar y él las ha asumido con normalidad y naturalidad. Cuando das con casos como este, todos estamos en la obligación de naturalizarlo porque no debes cortar la progresión de un jugador. Eso no quiere decir que no gestionemos a los jugadores. Pero si el jugador está preparado… y lo de Lamine ha sido algo distinto y diferente a todo.
P: Hubo un momento clave, su salto a la absoluta. Pudo hacerlo con Marruecos, pero usted fue una persona clave para convencerle y que siguiera jugando con España. ¿Cómo fue ese proceso?
R: Hubo un momento en el que todo el mundo era consciente de que corría riesgo su participación con España. Yo traté de hacer mi trabajo y en aquel momento consistía en trasladarle al chico y a la familia lo que la selección española podía ofrecerle, a todos los niveles. En su formación personal y en su formación profesional. Le trasladamos el convencimiento de que podía ser un jugador importante para España y que le íbamos a ayudar en todos los sentidos; a él y a su familia. Fue la manera de conseguir que le diera continuidad a su desarrollo con España. La palabra convencer no me gusta mucho. No tenemos que tratar de convencer a nadie. El jugador tiene que estar convencido de con quién quiere participar y a qué país quiere representar, y ahí tienes que mostrarle las herramientas que tienes para que se sienta cómodo y protagonismo.
P: Hay más casos… Por ejemplo, el de Cristhian Mosquera, que pudo ir con Colombia.
R: Los jugadores tienen que tener relativa paciencia. Hay jugadores muy buenos en España y no todos tienen cabida. Mosquera tuvo esa paciencia tras una conversación que tuvimos con él y con su familia. Le trasladamos que creíamos en él y que tenía nivel para representar a nuestro país. Él confío en que era así y ahora es un jugador muy importante en nuestra selección sub-21 y que puede decir que es campeón olímpico gracias al Comité Olímpico Español y la Real Federación Española de Fútbol.
P: Tuvo esa paciencia para apostar por España, porque había un interés fuerte de Colombia.
R: En aquel momento, Colombia le quería tener sí o sí en su selección absoluta y él tuvo la paciencia necesaria para que le llegaran los momentos que le han llegado en estos últimos meses.