Berlín, 22 oct (EFE).- El choque que disputarán este miércoles Leipzig y Liverpool tendrá un significado especial para una de las estrellas de los ‘reds’: el húngaro Dominik Szoboszlai volverá al estadio en el que se hizo un nombre en el firmamento futbolístico, en el cual pasó de promesa a todoterreno.
Con 17 años, tras llamar la atención en las canteras magiares, fue reclutado por el imperio deportivo de Red Bull para el Salzburgo austriaco, que lo dejó el primer año en su filial, el Liefering.
En la ciudad que alumbró al genio Amadeus Mozart, el joven Szoboszlai empezó a exhibir a nivel profesional algunas de las condiciones que posteriormente lo lanzarían al primer plano internacional, como su capacidad para el ida y vuelta, su portentoso disparo o su visión de juego. Allí, además, coincidiría con alguien clave en su desarrollo: el técnico germano Marco Rose.
Un inicio prometedor pero convulso
En enero de 2021, el magiar sería ‘promocionado’ al conjunto principal del entramado de la bebida energética, el Leipzig que entonces dirigía Julian Nagelsmann, aunque su debut debió posponerse hasta el inicio del curso siguiente, por una inflamación del pubis que le tuvo varios meses alejado de las canchas.
Restablecido de la dolencia, el centrocampista continuó su imparable progresión. En una temporada algo convulsa en el club del este de Alemania, con cambio de técnico incluido -entró el alemán Domenico Tedesco por el estadounidense Jesse Marsch-, Szoboszlai contribuiría a enderezar el rumbo del equipo, que pasaría de deambular undécimo mediada la temporada a finalizar en puestos de Liga de Campeones.
"Desde el principio, Dominik fue un chico bastante agradable. Estaba dispuesto a aprender. Al comienzo tuvo que adaptarse a la fortaleza de la Bundesliga. Tuvo algunas lesiones al principio, pero se recuperaba de ellas y tuvo un impacto instantáneo. Era muy eficaz en el lanzamiento de faltas y perfecto para nuestro estilo de fútbol", repasan a EFE fuentes del Leipzig sobre aquel incipiente interior, que se cobijaba bajo los brazos de sus compatriotas Péter Gulácsi y Willi Orbán y que hizo amistad con el defensa alemán Benjamin Henrichs.
El reencuentro con Marco Rose y la explosión total
La siguiente campaña también tuvo un arranque turbulento. Tedesco fue destituido tras solo cinco jornadas de liga, después de una humillante derrota por 4-0 ante el Eintracht, y el destino cruzó nuevamente a Szoboszlai con el técnico que lo lanzó en Austria: Marco Rose.
El nuevo entrenador otorgó al húngaro todos los galones en la construcción del juego ofensivo y este, con la total confianza depositada por el nuevo inquilino en el banquillo, desató todo su fútbol. “Marco era un mentor para él y le ayudó a desarrollarse como jugador, diciéndole lo que tenía que hacer. De joven era más rebelde, por eso Marco persistió en él para que fuera más profesional y estuviera más concentrado en el fútbol y trabajara, no solo con el balón, sino también sin balón y se sacrificara defensivamente”, apuntan fuentes del Leipzig.
A lomos del magiar cabalgó desbocado el nuevo Leipzig, que finalizó la Bundesliga en tercera posición y sumó para sus vitrinas el segundo título de su historia: la Copa de Alemania conquistada en 2023 ante el propio Eintracht por 2-0, con el segundo de los goles firmado por Szoboszlai.
“Rose llevó a Dominik por el camino correcto y, cuando estaba aquí, se desarrolló muy rápidamente. Era un tipo que siempre sonreía, pero muy ambicioso al mismo tiempo. Era duro para él cada vez que perdíamos algún partido. Siempre andaba pensando qué podía hacer para mejorar”, recuerdan desde el Leipzig.
El ejemplo de una productiva política deportiva
Szoboszlai se había establecido como uno de los centrocampistas más emergentes del Viejo Continente y aquello no pasó desapercibido. Su fructífera etapa de dos años y medio, con 91 partidos jugados y 20 goles materializados, tocó a su fin cuando el Liverpool se animó a desembolsar por él más de setenta millones de euros para hacerse con sus servicios.
“Fue un gran chico para el Leipzig. Nosotros lo fabricamos y también gracias a eso ha llegado adonde ha llegado. El fichaje por Liverpool fue una gran oportunidad para él. Sabíamos que tendría un impacto inmediato allí. Estaba preparado para ello”, expresan desde el club de la bebida isotónica.
El centrocampista que había pasado de prometedor a todoterreno se convirtió en el último ejemplo de la productiva política deportiva del Leipzig, esa que ha promocionado al escenario europeo a imberbes y desconocidas perlas por las que después obtuvo abultados ingresos en forma de venta. “Es nuestro método: formar jóvenes talentos para llevarlos a un nivel superior, tal y como hemos hecho con varios jugadores, como Gvardiol, Nkunku o Timo Werner. Y Szoboszlai es, definitivamente, uno de ellos”, concluyen desde el club alemán.