Si algo le faltaba al estado de ilusión permanente que atraviesa Racing desde la clasificación a la final de la Copa Sudamericana era esto. Esto: un triunfo sobre la hora con un tiro libre espectacular de Juan Fernando Quintero. La tarde había arrancado torcida para la Academia, con un tanto tempranero de Victorio Ramis para poner en ventaja a Independiente Rivadavia de Mendoza. Pero anda derecho el equipo de Gustavo Costas, como si todo estuviera escrito para que salga bien. Con esta victoria por 2 a 1 consiguió su cuarto éxito consecutivo.
“Es normal que todos queramos patear, pero no dudé y por fortuna se metió. Este momento lo estaba buscando, quería prepararme bien. Sobrellevo bien esta realidad mía y del equipo, estoy en un buen momento, ahora tenemos la oportunidad de jugar una final, pero tenemos que seguir ganando en el torneo para llegar bien preparados a Paraguay. Sabemos lo que nos estamos jugando, ahora quiero ir a la selección de Colombia para seguir sumando”, dijo Juanfer Quintero tras el partido.
A excepción de Marco Di Césare, con una sobrecarga muscular, Costas decidió que salten al césped del Cilindro diez de los 11 futbolistas que imagina titulares para la final de la Copa Sudamericana, el sábado 23, ante Cruzeiro, en Asunción. La inyección anímica del triunfo ante Corinthians todavía se siente en el equipo, que juega a otro ritmo y con otra confianza que algunas semanas atrás.
Todo Racing ya tiene puesto el chip de la final de la Copa Sudamericana. Cuando la lluvia apareció con fuerza en el Cilindro de Avellaneda, justo en el entretiempo, los hinchas bailaban bajo el agua palpitando lo que se vendrá dentro de dos semanas. Más allá del diluvio y de la remontada, fue una jornada distinta para la Academia por la clausura de algunos sectores del estadio y la reducción de la capacidad de la cancha al 50%.
Además, era la despedida ante su gente. De acá al viaje a Asunción al equipo le queda la cita del próximo domingo, ante San Lorenzo, en el Bajo Flores. Y luego la final. Por eso era importante conseguir la victoria. Cuando a los 7 minutos de partido Independiente Rivadavia se puso en ventaja gracias a una gran jugada personal de Sebastián Villa y a una buena definición de Ramis, Racing no se desesperó. La desventaja en el resultado solía ser un problema sin solución para este equipo, que no encontraba las maneras para entrar a un equipo que acumula jugadores cerca del arco propio. Ahora el 0-1 duró solo diez minutos. Adrián “Maravilla” Martínez, cuando no, anotó el empate de cabeza tras otra asistencia de Martirena.
Lo mejor del partido
A la dependencia de la capacidad goleadora y la entrega permanente de Maravilla y Maxi Salas, la Academia le sumó juego interno por el buen momento que pasan Juan Fernando Quintero y Agustín Almendra, dos que se buscan porque hablan el mismo idioma con la pelota en los pies. Desde los dos tantos ante Corinthians, la influencia del colombiano en el equipo también parece ser otra. Sus compañeros lo buscan de manera permanente. Cada vez que está disponible, juegan con él. Y el número 8 se mueve por toda la cancha.
Cuando parecía que el empate ya estaba sellado en el partido, apareció con su clase. Ya sin Almendra en la cancha, otra vez reemplazado por su merma física, intentó encontrar a Luciano Vietto como su socio. En la única conexión que tuvieron, Vietto controló un buen cambio de frente del número 8 y recibió la falta cuando se había perfilado para quedar de frente al arco. La conversación entre el ex Valencia y Quintero duró un buen rato. Cada uno tenía sus argumentos válidos para hacerse cargo de la ejecución.
La pulseada la ganó el zurdo. “Lo pateo yo”, le dijo. Y sacó un remate imposible de atajar para su ex compañero en River Ezequiel Centurión. Otra vez, haciendo honor a aquella comparación con Rubén Paz que hizo Gustavo Costas a principio de año. La mitad del Cilindro se deshizo en una ovación: “Juanfeeer, Juanfeer”.
Ese tiro libre de Juan Fernando Quintero fue el único remate al arco de la Academia en el segundo tiempo. Además del valor emocional de la victoria en este contexto, son tres puntos fundamentales para la Academia, que se sostiene en el podio en la tabla del campeonato y la tabla anual, donde con tres triunfos seguidos parece acomodarse para dar pelea. Pero por ahora no parece haber horizonte más allá de Asunción. La cabeza de Racing está en la final de la Copa Sudamericana, pero sabe que no hay mejor manera de llegar que con la moral bien arriba. Y esta remontada con un tiro libre de Juanfer a cinco minutos del final tiene mucho de eso.