Los dueños norteamericanos de Roma (la familia Friedkin), muy cuestionados por los tifosi por no saber interpretar el sentimiento del club y por una errada planificación futbolística, resolvieron la designación del nuevo director técnico con un guiño a la tribuna. Al menos para calmar momentáneamente la indignación popular, con la intención de ganar tiempo hasta el final de la temporada. Tras el despido del croata Ivan Juric, que tenía relegado a Leandro Paredes y no supo sacar provecho de Paulo Dybala y Matías Soulé, los dirigentes salieron de la emergencia con alguien muy querido en Roma: Claudio Ranieri, que a los 73 años comenzará su tercer ciclo como director técnico del club de la capital de Italia, en el que además comenzó su carrera como futbolista profesional en la década del 70. Si bien el fútbol lo llevó por muchos equipos y países, Ranieri en el fondo es un romanista.
El de Ranieri es casi un acto de servicio, una contribución a una conducción desesperada. Desde mayo había decidido retirarse de los bancos tras salvar del descenso a Cagliari, al que había ascendido en la temporada anterior. Tuvo una emotiva despedida tras un 2-0 sobre Sassuolo, sin poder contener las lágrimas cuando sus jugadores lo llevaron en andas hasta la tribuna en la que estaban los hinchas del equipo sardo. Le ponía fin a una carrera de 38 años como entrenador, siendo responsable de uno de los grandes batacazos del fútbol europeo de la última década con el título de la Premier League que obtuvo con Leicester en 2016.
Hasta Londres lo fueron a buscar las autoridades de Roma para llegar a un rápido acuerdo. Ranieri entendió la situación, se avino a las urgencias del club. Dirigirá hasta el final de la temporada y es probable que después ocupe un cargo en la dirección deportiva. Los dirigentes se encontraban en un aprieto: no querían nombrar a un interino, a alguien del club, y tampoco estaban dispuestos a ir a buscar a Daniele De Rossi, a quien habían despedido a mediados de septiembre, en una decisión que fue juzgada como apresurada. La pobre gestión de Juric, que deja al equipo en el 12° puesto en la Serie A tras cuatro triunfos en 12 partidos, expuso más a los dirigentes que cesantearon De Rossi.
Ranieri no era la prioridad, terminó siendo una opción emocional que el veterano conductor aceptó. El candidato N° 1 era Roberto Mancini, a cargo del seleccionado de Arabia Saudita e imposibilitado de salir hasta enero del país de Medio Oriente por una cuestión fiscal; sigue siendo el favorito para la próxima temporada, a partir de julio. El segundo en la lista era Vincenzo Montella, entrenador del seleccionado de Turquía, por quien había que pagar una cláusula de rescisión de 1,5 millones de euros, pero no se quiso entrar en un litigio con la Federación Turca.
En las próximas horas asumirá Ranieri, que tiene el tercer mejor porcentaje de victorias como entrenador de Roma en la suma de sus dos ciclos anteriores. Con 41 triunfos en 73 encuentros, su ratio es del 56 por ciento, solo superado en la historia del club por Luciano Spalletti (59 por ciento, con 125 éxitos en 211 cotejos) y Rudi García (57 por ciento, con 54 en 95).
Habrá que ver si con Ranieri cambia la situación de Paredes, que con Juric tuvo pocos minutos, fue mayormente suplente, en un doble pivote integrado por los franceses Le Fée y Koné. El mediocampista argentino tiene contrato hasta junio de 2025 y en las últimas semanas se especuló con un regreso a Boca. Su padre, Daniel Paredes, hace pocos días publicó una historia en Instagram con un fotomontaje de su hijo con la camiseta de Boca en la Bombonera, coronado por el año 2025.
La historia en Instagram del padre de Paredes
El martes, antes de que se conociera la llegada de Ranieri, Paredes, tras la práctica con el seleccionado argentino, se refirió a su situación: “No sé si al hincha de Boca lo tiene que ilusionar un poco menos el cambio de técnico de Roma. Yo vivo mi carrera día a día. Me sentía muy feliz en Roma mientras estuvo Daniele (De Rossi). Sé que se habló mucho por el tema de que no estaba jugando, pero lo más importante para mí es pensar en mi club. Veremos qué pasa”.
Aseguró que Fernando Gago no lo había llamado, pero mostró disposición a conversar con el técnico: “Veremos si Gago me llama”. Con quien Paredes mantiene contacto frecuente es con Juan Román Riquelme, que en más de una oportunidad reconoció la intención de contratarlo, y más ahora, con el Mundial de Clubes 2025 a la vista. Más allá del vínculo sentimental con Boca, Paredes también necesita continuidad en algún equipo para seguir siendo convocado al seleccionado.
En cuanto a Dybala, su temporada es irregular, como la del equipo en general. Participó en nueve partidos (seis de titular) y marcó dos goles. Las molestias musculares volvieron a restarle continuidad. En el último mercado de pases, los dirigentes lo presionaron para que aceptara una millonaria propuesta de Arabia Saudita, pero la Joya optó por quedarse donde es querido por los hinchas. Su contrato vence en junio de 2025 y su futuro es una incógnita.
El golazo de Soulé que elogió Ranieri
Quien más puede ilusionarse con Ranieri es Matías Soulé, cuyo pase Roma compró en julio por 26,5 millones de euros. El marplatense, de 21 años, marcó un gol en nueve partidos. Por estas horas, la prensa italiana rescató un comentario muy elogioso de Ranieri sobre Soulé, tras el partido de la temporada pasada, en la que el delantero surgido en Vélez marcó un golazo de tiro libre en el 3-1 de Frosinone -por entonces su equipo- sobre Cagliari, dirigido por Ranieri.
“Cuando tienes campeones como Soulé, que patea como Maradona o Zico, no hay más que aplaudir. Eso es lo bonito para quien viene al estadio y paga la entrada. Cuando sufres una jugada así, aplaudes, entre otras cosas, porque estaba cerca del área y era muy difícil superar la barrera. Sólo hay que felicitar, eso es la belleza del fútbol. Con jugadores como Soulé uno trata de que no entre en juego, pero cuando se trata de un tiro libre, con la pelota quieta, no se puede hacer nada”, expresó el entrenador que puso en pausa su jubilación.